La Sala de Exposiciones Els Porxets- Espai Moret ha reunido a una serie de artistas para reivindicar el valor simbólico de una fecha. Se trata del 25 de noviembre ya que en una fecha como esta de 1960 fueron asesinadas en la República Dominicana las tres hermanas Mirabal. Este crimen fue considerado uno de los mayores atentados contra la dignidad en toda la historia dominicana. Por este motivo, la República Dominicana con el apoyo de más de sesenta gobiernos, presentó la propuesta de considerar ese día como el punto de partida para que los gobiernos y la población en general tomen medidas de acción para acabar con la violencia sexista. Y desde 1999, por resolución de fecha 17 de diciembre, la Asamblea General de la ONU designó el 25 de noviembre el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. A partir de entonces ,durante todo el mes de noviembre, el activismo contra la violencia de género se hace más visible. A nadie se le escapa que el arte y el activismo feminista es fundamental pues nadie da nada si no se reivindica. Y en esa línea, se inscribe un arte dedicado a visibilizar los derechos de las mujeres,a remover conciencias y a combatir la violencia de género que es lo que motiva esta exposición.
El título está bien traído porque las hermanas Mirabal eran conocidas como «las mariposas». De ahí la comparación con ellas y con el efecto mariposa. Ese juego de palabras me es grato ya que no es la primera vez que he comparado el feminismo con esa teoría física que presta una sensibilidad extrema a los pequeños cambios y pone atención en los procesos que se sabe cómo empiezan, pero no cómo terminan. Una teoría que se conoce como «efecto mariposa» y que se empeña en recalcar que aquello que nos parece insignificante puede provocar un gran cambio. Esta teoría nos recuerda que «el aleteo de una mariposa en Singapur puede producir un tornado en Texas». En realidad, con esta licencia poética, el matemático Edward N. Lorenz aplicó en 1960 la teoría del caos al clima. Fue él quien comparó la meteorología con un caso de caos sometido a reglas estrictas y, a la vez, a una extraordinaria sensibilidad, de tal modo que un movimiento mínimo en la atmósfera puede provocar una serie de acontecimientos concatenados que podrían llegar a producir un cambio radical. Pues bien, si se vincula el feminismo con el efecto mariposa es porque lo importante en esta teoría es que nos anima a recuperar el sentido de la responsabilidad en los pequeños detalles. En ese sentido, las obras aquí reunidas son un claro ejemplo de cómo redirigir la mirada hacia quien comete el delito y hacernos pensar en cómo las consecuencias de nuestras acciones diarias repercuten más allá de la esfera cotidiana en la que nos movemos y pueden alcanzar una amplitud insospechada.En suma, esta exposición es un buen ejemplo de una estética de resistencia que remite a un horizonte creativo en el que persistir para remover conciencias, sensibilizar y lograr una sociedad libre de violencia de género. .
Artistas: Elena Gromaz (Alzira), Cristina Guzman Traver (Aldaia), Chule (Jesús Martín, Tavernes de la Valldigna), José Plaza (Alzira), La Rulla (L’Alcúdia), Sémele (Algemesí)
Comissariada per Rosa Serra (Sueca) i Manola Roig (Sueca)
