Algo nuevo bajo el Sol

publicado en: feminismo, género, patriarcado | 0
Photo by Micah Hallahan on Unsplash

Artículo publicado en el LEVANTE – EMV el día 14/05/2018.

Un informe reciente acaba de confirmar que las mujeres son mayoría en las universidades públicas valencianas. Los datos los difunde la plataforma SIUVP ( www.siuvp.es ) que recopila información de las cinco universidades públicas ubicadas en Alicante, Castellón, Elche y Valencia. Los resultados reflejan que las mujeres representan el 54% del alumnado y el 56% del equipo docente e investigador más joven. Sin embargo, aunque hay más alumnas entre el alumnado de máster y de grado, la paridad se da ya en los estudios de doctorado. Este último dato lo pude comprobar de manera personal mucho antes que se conocieran las estadísticas oficiales. Ocurrió el pasado 21 de noviembre de 2017 en el Paraninfo de la Universitat Jaume I de Castellón, durante la celebración de la apertura del curso académico de la escuela de doctorado. En esa fecha, junto a la investidura del grado de doctor honoris causa al profesor Román de la Calle, tuvo lugar la investidura de 67 nuevos doctores y doctoras.

Paso a contar cómo fue. Se trata de un relato corto pero revelador porque las cifras son algo más que números y dicen mucho de lo que está ocurriendo no sólo en el ámbito académico sino también en la sociedad. Así pues, aquel día todo parecía ser como en otras ocasiones. La ceremonia, sujeta a un protocolo impecable, se cumplió dentro de un ambiente festivo por la satisfacción de ver el esfuerzo académico merecidamente reconocido. Fuimos llegando a la hora prevista, los vestidores quedaban divididos en dos salas, una para los nuevos doctores y doctoras y otra para los padrinos y las madrinas. El personal asistente facilitaba el vestido académico y nos ayudaba a ponernos la toga, la muceta, el birrete, el corbatín y la medalla. De vez en cuando, se escapaba alguna sonrisa nerviosa al contemplarnos de esa guisa dada la teatralidad de la situación. Entramos y esperamos, en la sala principal del paraninfo, la llegada del rector con la comitiva. El maestro de ceremonias golpeó con su bastón y nos hizo alzar. En ese momento, mientras el orfeón universitario interpretaba Omnia vincit amor de Jeny Estes, la sala se inundó de color gracias a la indumentaria académica que vestíamos. Mucetas y birretes de todos los colores: azul celeste, azul oscuro, amarillo, rojo, marrón, violeta, naranja… Siguieron las intervenciones previstas y el público guardó silencio ceremonial pero cuando la secretaria comenzó a proclamar el nombre de los nuevos doctores y doctoras y de sus directores y directoras de tesis para que subieran al escenario, proliferaron los murmullos, el revuelo de los fotógrafos y los aplausos.

El programa se cumplió al detalle. Fue entonces cuando, esperando mi turno para subir al escenario, caí en la cuenta que las cifras eran paritarias. El rector impuso el birrete a 32 nuevos doctores y 35 nuevas doctoras. Otro dato reseñable fue que 16 directoras de tesis amadrinaron a 17 nuevos doctores y que 15 directores de tesis apadrinaron a 15 nuevas doctoras. También se dio el caso de directoras de tesis que amadrinaron a nuevas doctoras y de directores de tesis que apadrinaron a nuevos doctores. Pero lo realmente significativo fue la tutela académica que las mujeres ejercían sobre los varones. Hay que recordar que en el ámbito académico, como en otros, lo habitual era que la tutela la recibieran las mujeres de los varones y no a la inversa. Estas cifras muestran la diferencia fundamental con épocas anteriores, cuando las mujeres no podían acceder a la universidad y soportaban todo tipo de prejuicios relativos a su inteligencia. Pero hoy en día, después de sortear muchas dificultades, la educación superior para las mujeres es un derecho consolidado. Así fue cómo, antes de conocer las estadísticas, supe que el camino hacia la paridad se había iniciado.

Volviendo al informe citado del SIUVP, también entre el personal de administración y servicios se da una presencia mayoritaria de mujeres con un 59,5% de trabajadoras. Ahora bien, en el caso del área docente e investigador aún no se ha logrado la paridad entre el profesorado ya que las mujeres representan sólo el 40% del total. No obstante analizando la evolución en los últimos años de los equipos docentes, se constata un acercamiento a la igualdad. Esta tendencia se puede comprobar a partir de los datos proporcionados por el Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU) del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en relación a las franjas de edad del profesorado. Así mientras que las profesoras mayores de 60 son solo un poco más del 24% del personal docente de esa edad, las profesoras entre 30-35 y entre 32-40 años representan ya el 56% y el 50% respectivamente.

Estos datos han puesto en evidencia que algo nuevo está sucediendo. La educación ha permitido a las mujeres salir del encierro doméstico y poder afrontar un proyecto vital propio diferente al de la maternidad. Estas cifras marcan una trayectoria que rompe con la herencia cultural que dejaba a las mujeres sin representación, en situación de inferioridad y dependencia, sin reconocimiento y sin libertad. Las mujeres pueden acceder a un amplio grupo de familias profesionales y pueden ser ingenieras y juezas, filólogas y economistas, médicas y biólogas, maestras y matemáticas, deportistas y artistas y un largo etcétera . Todo ello de manera visible sin tener que esconder su condición para serlo. Ese algo nuevo que no se había dado antes en el pasado, tiene que ver con el proceso de empoderamiento al que, en mayor o menor medida y de forma transversal, se han sumado las mujeres de todas partes del mundo para avanzar y no tener que volver sobre sus pasos. Y es en este sentido en el que digo que la humanidad no parece repetirse y que hay algo nuevo bajo sol.

 

Instituto Universitario de Estudios Feministas y de Género Purificación Escribano
Universitat Jaume I
Castelló

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