Cifras y algo más

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El pasado 21 de noviembre el Paraninfo de la Universitat Jaume I de Castellón celebró de forma solemne la apertura del curso académico 2017/2018 de la escuela de doctorado, con la investidura del grado de doctor honoris causa del Dr. Román de la Calle y con la investidura de 67 nuevos doctores y doctoras. La ceremonia, sujeta a un protocolo impecable, se cumplió dentro de un ambiente festivo por la satisfacción de ver el esfuerzo académico merecidamente reconocido. Fuimos llegando a la hora prevista, los vestidores quedaban divididos en dos salas, una para los nuevos doctores y doctoras y otra para los padrinos y las madrinas. El personal asistente facilitaba el vestido académico y nos ayudaba a ponernos la toga, la muceta, el birrete, el corbatín y la medalla. De vez en cuando, se escapaba alguna sonrisa nerviosa al contemplarnos de esa guisa dada la teatralidad de la situación.

El programa se cumplió al detalle, entramos y esperamos la llegada de la comitiva con el rector en la sala principal del paraninfo. El maestro de ceremonias golpeó con su bastón y nos hizo alzarnos. En ese momento, mientras el orfeón universitario interpretaba Omnia vincit amor de Jeny Estes, la sala se inundó de color gracias a la indumentaria académica que vestíamos. Mucetas y birretes de todos los colores: azul celeste, azul oscuro, amarillo, rojo, marrón, violeta, naranja……

Siguieron las intervenciones previstas y el público guardó silencio ceremonial pero cuando la secretaria comenzó a proclamar el nombre de los nuevos doctores y doctoras y de sus directores y directoras de tesis para que subieran al escenario, proliferaron los murmullos, el revuelo de los fotógrafos y los aplausos. Fue entonces cuando, esperando mi turno para subir al escenario, caí en la cuenta que las cifras eran paritarias. El rector impuso el birrete a 32 nuevos doctores y 35 nuevas doctoras. Otro dato reseñable fue que 16 directoras de tesis amadrinaron a 17 nuevos doctores y que 15 directores de tesis apadrinaron a 15 nuevas doctoras. También se dio el caso de directoras de tesis que amadrinaron a nuevas doctoras y de directores de tesis que apadrinaron a nuevos doctores. Pero lo realmente significativo fue la tutela académica que las mujeres ejercían sobre varones. Hay que recordar que en el ámbito académico, como en otros, lo habitual era que la tutela la recibieran las mujeres de los varones y no a la inversa. Estas cifras muestran la diferencia fundamental con épocas anteriores, cuando las mujeres no podían acceder a la universidad y soportaban todo tipo de prejuicios relativos a su inteligencia . Hoy en día, después de sortear muchas dificultades, la educación superior para las mujeres es un derecho consolidado. Y la UJI, una universidad joven, dinámica y puntera, ofrece la confirmación de esta evidencia. Por supuesto no faltó la música y la letra de Gaudeamus igitur, propia del ritual académico que se cumplía. Sin embargo me pareció todo un acierto que al finalizar el acto, se iniciara la salida de la comitiva académica interpretando el orfeón universitario Hallelujah de Leonard Cohen pues fue una tarde para la alegría y el júbilo, donde el principio teórico de la igualdad se convirtió en una realidad plausible para las mujeres.

Nieves Alberola, Inmaculada Alcalá, Amparo Zacarés y Adoración Valero.
Instituto Universitario Feminista Purificación Escribano UJI
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