Alfabetización de Género y Educación Inclusiva

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Encuentro Internacional “Retos para una Educación
inclusiva y transformadora hacia la Agenda 2030”
UJI – PAZ Y DESARROLLO -GVA
17 de enero de 2019

Síntesis de la comunicación presentada el 17 de enero de 2019 en el Aula Magna de la FCHS de la UJI

Instituto Universitario de Estudios Feministas y de Género Purificación Escribano
Amparo Zacarés – Universitat Jaume I

Desde hace varias décadas Internet ha modificado nuestra manera de entender la comunicación, aportando un nuevo concepto de desarrollo que se conoce como TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación). Vivimos en un mundo hiperconectado que exige una alfabetización digital donde es preciso saber navegar por la red y trabajar colaborativamente a partir de webs, blogs o wikis. Es sobradamente conocido el término de “nativo digital” que acuñó Prensky para la población nacida en la década de los 90 del siglo pasado. Por eso he empezado recordando el experimento que el profesor Sugata Mitra realizó en 1999, en el barrio de Kalkaji, uno de los más pobres de Nueva Delhi. El experimento se conoce como “el agujero en la pared” pues colocó en los agujeros de las paredes de las calles de Kalkaji varios ordenadores. Trató de comprobar qué hacían los niños y las niñas que sin ninguna formación se acercaban y lo utilizaban colaborativamente, siendo una ventana abierta al mundo del conocimiento. Desde entonces el experimento se ha llevado a cabo en la India rural , en Camboya y en México. La conclusión que se extrae es que con un mero ordenador conectado a internet se abre todo un mundo de posibilidades para la información y el conocimiento y con ello se puede mejorar las condiciones de vida y la promoción social de quienes los usan. Puede decirse que la alfabetización digital está aceptada como signo de desarrollo y que cualquier propuesta para actualizar sistemas de gestión digital en el aprendizaje escolar es bien recibida. No ocurre lo mismo cuando se trata de alfabetizar en género y sin embargo comprendernos y relacionarnos en clave de género es tan importante para el desarrollo como la alfabetización digital. Y lo es porque sin igualdad no hay paz ni desarrollo.

Es preciso comprender que género es un concepto, una categoría de análisis que se refiere a la construcción social y cultural de dos formas de ser humano en base a las diferencias genitales que se tienen al nacer y que nos inscriben en sexo masculino y femenino. Se alude a la socialización diferencial que reciben niñas y niños. Se refuere al sistema de dominación que el patriarcado ha extendido a todas las mujeres y que es mayor o menor, más evidente o más sutil, en función del área geopolítica en la que vivan . Lo importante es comprender que esta construcción social ha servido para naturalizar qué es ser mujer o ser varón asignando roles diversos con el consiguiente reparto desigual de poder entre los sexos. Entender que las relaciones entre los sexos se han construido históricamente desde la desigualdad, es tener enfoque de género en educación y consiguientemente virar hacia una escuela coeducativa.

Hay hacer hincapié en que la escuela como institución socializadora puede perpetuar o no las inercias sexistas discriminatorias. De ahí que en una educación inclusiva haya de tenerse en cuenta el curriculum formal, el curriculum oculto y el curriculum omitido. El currículo formal, supone ser conscientes de cómo los libros de texto y otros materiales didácticos invisibilizan a las mujeres contribuyendo a propagar el mito del universalismo masculino en el saber. Se trata por tanto no solo de visibilizar el papel de las mujeres en la ciencia o en el arte sino de revisar el paradigma epistemológico con el que se ha abordado la historia, las ciencias, las artes y la civilización en general. La contribución de las investigaciones de Ana López Navajas es encomiable al respecto. Por lo demás también hay que tener en cuenta que la mayoría de los materiales educativos que copan las escuelas son audiovisuales, de ahí que la coeducación también haya de ser audiovisual,máxime cuando una imagen no es solo un fenómeno óptico sino también y sobre todo una construcción social. Al respecto los recursos educativos que proporciona la Associació per la Coeducació que preside Paqui Méndez, impulsando “Cortos por la Igualdad” es también digno de mención y consideración para una educación que se presume inclusiva. En cuanto al currículum oculto se hace alusión a todas aquellas inercias sexistas discrinatorias que en forma de actitudes érroneas se generalizan y se aplican de manera inconsciente en la labor docente. Es esencial por tanto corregirlas y crear espacios educativos donde los roles de género sean eliminados y se den el mismo valor a las emociones, ideas y actitudes tanto de niñas como niños. Un lenguaje inclusivo y tomar conciencia de cómo la distribución del espacio puede perpetuar o no prácticas discriminatorias, serán cuestiones a tener en cuenta en este apartado. Al respecto las investigaciones de Sandra Molines en relación a los patios coeducativos resulta muy interesante pues descubre cómo durante el recreo los niños ocupan la parte central del patio jugando al futbol y las niñas quedan relegadas a la periferia sin practicar ningun deporte. Esa manera de vivir el espacio y el tiempo de ocio perpetua la sumisión y exige una llamada de atención para incorporar una perspectiva de género y generar patios coeducativos en los que la participación de las niñas sea considerada. En cuanto al curriculum omitido, se trata de visibilizar todas aquellas acciones y situaciones cotidianas que, siendo violencia de género, se les resta importancia y no son tratadas ni nombradas. Es preciso informar de la existencia de una violencia estructural contra la mujer por el hecho de ser mujer, que fue declarada por la OMS en 1996 como un problema de Estado y de salud pública. Es necesario además deshacer tópicos y señalar que la violencia de género no es algo que sufren las mujeres desprotegidas y marginadas socialmente. El caso de Ana Orantes en España y de Marie Trintignant en Francia lo demuestran. Además los datos de la Memoria de la Fiscalía de 2013 alertó del aumento de violencia machista entre los adolescentes. De todo ello se deduce la importancia de una educación inclusiva que recientemente en nuestra Comunidad se ha visto reflejado con la creación en 2016 de la figura coordinadora de Igualdad y Conviviencia para los centros de secundaria y bachillerato y en 2017 con el banco de recursos digitales REICO y con el PLAN DIRECTOR DE COEDUCACIÓN para los centros escolares de todos los niveles. En suma la alfabetización de género se presenta crucial para que el cambio social sea evolutivo y no regresivo puesto que, sin duda alguna, no puede haber paz y desarrollor si no hay igualdad.

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