‘Backlash’ patriarcal

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Artículo publicado en el LEVANTE – EMV el día 12/03/2021.

Las manifestaciones multitudinarias que venían siendo habituales en la jornada reivindicativa feminista del 8 de marzo, no pudieron darse este año por el contexto de pandemia global que estamos viviendo. Aun así, hubo concentraciones autorizadas que se desarrollaron con normalidad ante algunos edificios oficiales y lugares emblemáticos de las ciudades. En realidad, no se dejó de tomar simbólicamente las calles, si bien es cierto que la concurrencia mayoritaria de la protesta feminista discurrió esta vez, dadas las circunstancias, en el ciberespacio, a través de las redes sociales. Y así, en esta ocasión, también se pudo comprobar cómo las reivindicaciones de las mujeres tienen una presencia cada vez mayor en la sociedad y que el feminismo es un movimiento imparable e irreversible que lleva en sí una dinámica de avance progresivo a nivel global. De hecho, en la actual era global, estamos viviendo no sólo una nueva etapa del capitalismo sino también, en palabras de Victoria Sendón de León, «la última y furibunda fase del patriarcado».

Por eso no ha de extrañarnos que la barbarie patriarcal haya repuntado en forma de actos vandálicos dañando los murales que homenajeaban a mujeres significativas en la historia de la cultura y de la política, como ha ocurrido estos días en Gandia o en Madrid. Por eso mismo tampoco ha de sorprendernos la apología a la violencia contra las mujeres que prolifera en internet o que los piratas informáticos actúen contra los actos convocados por mujeres, ya sean debates, jornadas o congresos feministas, con el fin de impedirlos y dejar constancia de sus insultos y desprecio. Estas conductas son un exponente de cómo a cada acción le sigue una reacción y de cómo cada paso hacia adelante que subvierte las reglas patriarcales provoca una contestación negativa de revancha y resentimiento. Este fenómeno se conoce como ‘backlash’ patriarcal y se produce en respuesta a cada adelanto del movimiento feminista en su lucha por la igualdad de derechos, de oportunidades, de reconocimiento y de trato. Son reacciones incívicas que denotan una falta de educación y respeto, pero sobre todo son el mejor indicador del temor que despierta el avance del feminismo.

Esta idea de una ciudadanía democrática en pie de lucha contra las injusticias del patriarcado tuvo su expresión artística en la instalación ‘Un ejército inquebrantable’, creada ex profeso por la artista gallega Celeste Garrido para este 8 de marzo. Se trata de una instalación formada por 12 siluetas que representan a las mujeres como un ejército, unidas frente a un objetivo común que es desactivar la desigualdad imperante entre las mujeres y los hombres. Estas piezas se dispusieron en línea recta, delante de la fachada principal de la Diputación de Pontevedra, edificio que también forma parte visual de la obra. La intención de la artista es destacar cómo las mujeres están al frente, en primera línea de batalla por la justicia de género, pero al representarlas en blanco, símbolo de la no violencia y de la paz, ha querido resaltar que la voluntad, la determinación y sororidad es lo que hace fuertes a las mujeres para no sucumbir en la contienda que libran a diario contra el machismo. Frente a estas figuras en blanco hay colocadas 8 esferas de color violeta, que están apoyadas en el suelo y que contienen las palabras con las que se nombra aquello que obstaculiza la igualdad efectiva de las mujeres, como son el techo de cristal, el sexismo, la brecha salarial, la brecha de los cuidados, la invisibilidad, los vientres de alquiler, la prostitución, la violencia de género y la cosificación de los cuerpos. La alusión al momento que estamos viviendo por la covid-19 y que ha provocado las restricciones a esta jornada reivindicativa feminista, se observa en las mascarillas también de color violeta que portan las figuras de mujer.

Pero el concepto de la instalación se cumple al evocar estas 12 siluetas el juego de bolos, con la única diferencia de tener como base una estructura diseñada a modo de tentetieso para que, en caso de ser golpeadas, retornen de inmediato a su posición original. Un ejemplo más de como el arte feminista contemporáneo acierta en mostrar el impulso con el que las mujeres se levantan y se reponen ante cualquier ‘backlash’ patriarcal que se produzca. Es un hecho, somos multitud y si caemos nos levantamos. Nos movemos, avanzamos, no hay vuelta atrás.

Intervención artística creada ex profeso para el 8 de marzo de 2021 por la artista gallega Celeste Garrido – Fachada principal Diputación de Pontevedra 
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