Artículo publicado en el LEVANTE – EMV el 10 de mayo de 2022
El alcance del proyecto europeo Erasmus + Women´s Legacy que lidera la Conselleria de Educación y Cultura y que está coordinado por la investigadora Ana López-Navajas empezó a vislumbrarse el pasado viernes 6 de mayo. Fue en el Palau de Les Arts en un acto multitudinario donde se presentaron los cinco productos intelectuales creados ex profeso para visibilizar las aportaciones de las mujeres en las artes, en las ciencias y en la cultura en general, dentro del currículo educativo europeo. De hecho, el objetivo final de este proyecto trasnacional entre España, Escocia, Italia y Lituania, es lograr una visión completa y no sesgada de la historia de la humanidad que contemple los referentes femeninos con el reconocimiento que merecen. Esa es la meta a alcanzar y parece que los primeros pasos en esa dirección pisan fuerte y con seguridad. Prueba de ello fueron los aplausos de entusiasmo que recibió la coordinadora con todo el público puesto en pie. La sensación de estar viviendo una jornada histórica aumentaba cada vez que cada equipo subía al escenario y exponía sus creaciones en red. Al escucharles quedaba patente que, más pronto que tarde, se conseguiría alcanzar los parámetros de equidad en las TIC en su uso docente.
Un ambiente de alegría y satisfacción por el trabajo bien hecho se trasmitió por doquier a toda la sala durante toda la mañana. Ese clima festivo y de celebración no nos abandonó en ningún momento. No era para menos. Pero ¿cómo explicar la percepción de estar experimentando un giro copernicano a nivel cultural y educativo? Para quienes piensen que esto no es más que una exageración y que mejor sería hablar con más comedimiento, señalaré que este proyecto no se sustenta en una mera declaración programática sobre la igualdad sino que pasa a la acción. Hay que tener muy claro que, en palabras de Elena Simón, la igualdad se aprende y que para aprenderla hay que plantearla como un objetivo didáctico en las programaciones de las diversas áreas y materias. Y no cabe duda que Women´s Legacy participa de esta convicción y lo demuestra con resultados. Quienes colaboran y trabajan en este proyecto saben que es fundamental entender la igualdad como un objetivo didáctico en el nivel de concreción curricular de la programación de aula dentro de un currículo sistemático y preceptivo. Todos sus esfuerzos en investigación y didáctica han ido dirigidos en esa dirección con el fin de facilitar a la práctica docente un banco de recursos holista y libre del androcentrismo que durante siglos ha dominado el conocimiento, como denunciaron en su momento las historiadoras del arte y de la ciencia Mary Beard y Margaret Rossister entre otras más.
Claro está que, con la jerga propia de la profesión docente, parece ser algo más bien tedioso y poco revolucionario. Pero no lo es y hay dos buenas razones para el optimismo. La primera, por tratarse de un cambio de paradigma cultural donde las contribuciones de las mujeres no son algo anecdótico o inusual y están situadas en un contexto histórico en el que tuvieron presencia e importancia real. En este sentido, sacarlas de los márgenes de la historia y darles el protagonismo que merecieron, supone un cambio epistemológico con una fuerza de empuje de abajo hacia arriba imparable. La segunda, porque la escuela es un agente de socialización que alcanza a toda la población y, por eso mismo, los auténticos cambios sociales son siempre educativos. En esa línea, este proyecto no busca la erudición sino transformar la sociedad y mejorarla en términos de equidad. En todo ello reside su carácter diferencial que hace albergar la esperanza en un futuro favorable donde la igualdad deje de ser formal y pase a ser real y efectiva.
Pero aún hay más, la cuestión de trasmitir a las generaciones presentes y futuras la idea de un mundo humano creado a la par entre mujeres y hombres, es la mejor herencia que se puede dejar ya que trata de mantener vivo un legado que nos remite a nuestra supervivencia como especie cultural y no únicamente como especie zoológica. De ahí que la urdimbre que nos caracteriza como seres humanos haya de tejerse con los nombres, la presencia, los inventos y las creaciones que realizaron también las mujeres. Una historia de la humanidad que no lo contemple, sería hoy banal, incompleta y falsaria. Gracias a este proyecto hablarán de nosotras como sujetos históricos y dejaremos de ser las grandes olvidadas. Restituir la valía y el valor de las mujeres en el devenir de nuestra filogénesis cultural es un ejercicio de rigor intelectual y una cuestión de justicia de género. Después de lo dicho, solo me queda proponer un brindis de gratitud, con la fórmula clásica ! Ad maiora Women´s Legacy: Our Cultural Heritage for Equity !, puesto que a un proyecto con tanto recorrido por delante hay que reconocerle su mérito y desearle los mejores augurios para que sus logros sean cada vez más grandes y mayores.