MARÍA ZAMBRANO EN MURCIA

publicado en: filosofía, Vico | 0

En mayo estuve en Murcia reivindicando el legado filosófico de María Zambrano.  El encuentro fue organizado por la Sociedad de Filosofía de Murcia,  en  colaboración con la  Facultad de Filosofía. Fue la profesora Nieves Soriano quien me  ofreció esta oportunidad de regresar a una ciudad tan querida por mi. Una ocasión que viví con la emoción de sumergirme en los “adentros” como hubiera dicho la filósofa.  Nada más bajar del tren, me recordé viviendo lo ya vivido. Ese vaivén propio de la memoria que más que ser una  mera evocación del pasado, te lleva y te trae, de atrás hacia adelante, no me abandonó en toda la  jornada que pasé allí.

Primero acudí al Instituto de Enseñanza Secundaria Floridablanca, donde mis hermanos estudiaron y cursaron los últimos años de Bachillerato. Un centro con mucha historia que dejaba traslucir un trabajo docente  puntual y a su hora, de forma metódica, para el buen desarrollo de las jornadas lectivas que ha de recibir una población escolar que reúne a más de un millar de alumnado en las aulas.  Hablar de María Zambrano ante jóvenes estudiantes para poner en valor el saber de las Humanidades y de la filosofía en la formación integral del ser humano, fue una oportunidad para reclamar que la educación no se centre  tan solo en objetivos instrumentales y se interese más por desarrollar la sensibilidad, la pasión por la lectura y el amor por la cultura en todas sus facetas. De hecho,  pude  conversar  sobre ello con el  profesor Onofre Martínez, jefe del Departamento de Filosofía, buen conocedor del pensamiento español en el exilio y  gran defensor de los estudios humanísticos.  En el salón de actos esperaba  una generación futura a quienes les queda aún mucho recorrido por delante. Se interesaron por la educación artística y por la igualdad, por el hecho de que la filósofa, como otras mujeres más, hubiera permanecido en los márgenes de la historia del pensamiento y no hubiera tenido el reconocimiento que merecía hasta épocas recientes, como ocurrió con  Simone Weil y Hannah Arendt. 

Por la tarde, en la Facultad de Derecho,  me acompañó el profesor de la Universidad de Murcia, Jorge Novella, que tuvo palabras muy elogiosas del libro sobre María Zambrano, filósofa de la Generación del 27 publicado recientemente por la editorial Antígona y del que somos coautoras Rosa Mascarell-Dauder y yo.  Hacia Rosa, en calidad de artista y secretaria de la filósofa a su regreso a Madrid después de un largo exilio y hacia mí, por el ensayo filosófico  que redacté guiándome con las palabras, tan significantes en la obra de María Zambrano, como son: método, naufragio, delirio, memoria, luz y poesía. Escuchar hablar de la excelencia del libro por alguien tan entendido en la materia, como es Jorge Novella, fue una gran satisfacción. En realidad, pocos académicos defienden con tanta vehemencia la obra de la filósofa  y hablan tan certeramente del abandono  y ninguneo que vivió lo largo de su vida. Fue un placer escucharle, al igual que las referencias que hizo a aquella generación de poetas y de intelectuales en el exilio, entre los que estuvo el pintor murciano Ramón Gaya, tan amigo de la filósofa y  para quien toda su obra “podría llevar el título: meditación de la pintura”.

Aquella tarde lluviosa de mayo, en el marco del salón de actos de la Facultad de Derecho de Murcia, hablé de la vinculación del pensar poético con un saber encarnado.  Para la filósofa, la poesía es “un vivir según la carne” y así lo afirma  en Filosofía y Poesía,su libro más emblemático. En un principio es el cuerpo, la sensibilidad, las intuiciones perceptivas de la memoria y de la imaginación. La defensa de ese saber originario procedente del cuerpo y de la sensibilidad, es acorde con una de sus aseveraciones más conocidas, que se encuentra en  Claros del bosque, el libro que le dio mayor popularidad en España. Me refiero a cuando dice que  “pensar no es más que descifrar lo que se siente”. En esa dirección recordé que la razón poética está conectada con las formas cognitivas  corporales que defiende hoy la estética. Una disciplina filosófica que en sus inicios, en pleno debate epistemológico entre racionalistas y empiristas, se preguntó por el tipo de conocimiento que podían ofrecer las formas intuitivas de la percepción, de la imaginación y de la memoria.

Un saber poético que nos acerca al cuerpo, a las profundidades del ser y  a los “ínferos del alma”. Por este motivo, María Zambrano estuvo siempre más cerca de Vico que de Kant, que son reconocidos como los dos padres de la estética moderna. Ella, al igual que el filósofo italiano, vertió sus ataques hacia Descartes. Fue precisamente Vico quien, en el siglo XVIII, realizó el primer tour de force a la clasificación de los saberes que emergían de manera incipiente. Hay que tener claro que con ello no se opuso a la nueva ciencia de Galileo, ni al experimentalismo de Gassendi , solo que  defendía que esa manera matemática  y experimental de entender la realidad, no era la ciencia que se necesitaba para tratar el mundo de lo humano. De ahí que su libro se titulara  Scienza Nuova y que , en consecuencia, propusiera una ciencia nueva que contara con la historia,  las artes,  la lenguas y todas   las creaciones humanas para comprendernos en  nuestra especificidad de seres culturales.

Esa misma perspectiva, la comparte María Zambrano  que conocía bien la problemática planteada por Husserl en la primera mitad del siglo XX, al hablar de la crisis de las ciencias europeas. Reivindicar la estética como teoría general de la sensibilidad y hermenéutica de la cultura, es crucial en estos momentos de desconcierto y orfandad de referentes. Por esta razón, nunca está de más recordar que nuestra supervivencia como especie es fundamentalmente cultural y no meramente zoológica. Para ello hay que escuchar el latir del corazón, de las entrañas del ser y  de la carne y dejarnos habitar por otros poros de la realidad que se abren cuando tenemos la certidumbre de sentirnos personas tanto  en nuestra experiencia subjetiva  como  colectiva. Ahí está el envite y ahí  cabe también  la esperanza para restaurar la vida en común y “marchar juntos”.

Murcia – Facultad de Derecho – Salón de Grados
Conferencia 04 May 2022 1h 26m 07s

María Zambrano: del pensar poético al saber encarnado

https://tv.um.es/video?id=146341&serie=25566&cod=a1

Murcia, 4 de mayo de 2022

COMPARTIR