Artículo publicado en el LEVANTE – EMV el 12 de septiembre de 2023
En la primera semana de septiembre suelen concurrir la apertura del curso académico universitario y del año judicial. Así, el pasado jueves, en el arranque del año judicial se recalcó que nuestro país es un referente en la lucha contra la violencia de género y que en ese camino no debemos retroceder. Con todo, los datos de la Memoria Fiscal pusieron la voz de alarma en el aumento de las agresiones sexuales entre jóvenes que ascendieron a un 45,80% en 2022. Entre las causas que explicarían este porcentaje tan preocupante, se citan el acceso precoz a contenidos pornográficos violentos y la ausencia de orientación sentimental para no banalizar las relaciones afectivo-sexuales. A ese déficit educacional se añade el que las generaciones jóvenes se socializan en la actualidad en el ciberespacio. Es en ese ese entorno digital en el que se produce la pornosocialización que es la socialización que reciben los adolescentes varones a través de la pornografía. Ellos mismos aprenden y normalizan las prácticas sexuales de dominio y sumisión de los materiales pornográficos que circulan por internet. Dado que a este tipo de socialización se accede cada vez más pronto, no es extraño que los comentarios despectivos hacia las mujeres se den cada vez más a más temprana edad y que hayan aumentado las agresiones sexuales cometidas por jóvenes.
Es evidente que tenemos un problema como sociedad cuando, a través de esa imagen distorsionada del sexo, los jóvenes son incapaces de discernir las conductas correctas de las que no lo son. Esta situación está más generalizada de lo que podría pensarse. En Italia, por ejemplo, en el mes de agosto fue noticia la sentencia de un juez que absolvió a dos varones de 19 años que, durante una fiesta, violaron a una joven de 18 años por no entender el «no» de la víctima. El juez aduce que los jóvenes, condicionados por una concepción pornográfica de sus relaciones con las mujeres, no supieron identificar la falta de consentimiento de la joven. Y concluye diciendo que la conducta de ambos es más incauta que delictiva. El veredicto absolutorio tachando de ingenuos a los supuestos agresores concitó protestas y críticas, aún así en esta polémica sentencia la esencia del argumento está en la incorrecta percepción del consentimiento de esos jóvenes y fueron motivos exculpatorios el déficit educativo y la pornosocialización recibida. He querido recordar este caso reciente al ser un claro exponente de la necesidad de saber reconocer cuándo una relación sexual es consentida y cuándo no lo es. Máxime cuando, según nuestro Código Penal, en toda agresión sexual ha de quedar probado que el agresor estaba realizando un acto sexual no consentido (artículo 178.1).
A la vista de los últimos datos de la Memoria Fiscal de 2022 se desprende que son necesarias y urgentes las campañas educativas y de sensibilización social que se activen al respecto. Además, casi al mismo tiempo, se conocía por la prensa el chat machista de los estudiantes de Magisterio de la Universidad de la Rioja. En esta ocasión la respuesta pronta de la institución condenando por intolerables esos mensajes sexistas y advirtiendo que tales actitudes tendrán sus consecuencias, ha sido digna de elogio. Hace solo un año los insultos machistas que profirieron los alumnos del Colegio Mayor Elías Ahúja a las residentes del Colegio Mayor Santa Mónica situado enfrente, fueron en un principio minimizados dentro del contexto de las novatadas universitarias. Este año, el rechazo ha sido inmediato por parte de toda la comunidad educativa. Ya no caben disculpas restando gravedad a estas agresiones verbales, reduciéndolas a simples bromas o a meras anécdotas. De hecho, en la base de la pirámide de la violencia de género están siempre las expresiones y amenazas machistas que individúan a las mujeres en objetos cosificados al servicio del placer masculino. En estas circunstancias, debe enfatizarse la formación en igualdad que reciban los estudiantes universitarios para que comprendan el carácter sistémico de la violencia sexista y, si es que lo son, dejen de ser ingenuos o incautos. Al fin y al cabo, nadie evita un error si no sabe que está equivocado.
Publicado en El Periódico de España el 12 de septiembre de 2023 (ver archivo pdf)